La consejera Micaela Navarro inaugura en la capital las Primeras Jornadas Andaluzas sobre Mujeres Gitanas
R. I./GRANADA
«REVOLUCIONARIAS». Participantes en las primeras jornadas andaluzas de mujeres gitanas. La consejera de Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro, destacó ayer que las mujeres han sido «el verdadero motor de cambio» del pueblo gitano y que éste debería dejar de ser considerado como un colectivo, al conformarlo personas con «los mismos derechos y las mismas obligaciones» que el resto.Navarro, que inauguró en Granada las Primeras Jornadas Andaluzas sobre Mujeres Gitanas, manifestó a los periodistas que las gitanas han sabido preservar las buenas costumbres, como el respeto a los mayores, y luchar con las que iban en contra del desarrollo humano.En este sentido, se refirió a la «incorporación plena» de los gitanos al ámbito educativo que, dijo, no sólo es un derecho de la ciudadanía sino también una obligación. Al respecto, recordó que «hasta hace muy pocos año» las mujeres gitanas debían abandonar el colegio cuando tenían su primera menstruación ya que, debido al gran número de hijos con los que solía contar una familia, se veían obligadas a cuidar de sus hermanos cuando sus progenitores estaban trabajando.Según Navarro, esas circunstancias han ido cambiando principalmente por la «implicación seria, callada, silenciosa pero imparable» que han desarrollado la mujeres gitanas que, insistió, han «revolucionado» su pueblo, «tratando de preservar aquellas cuestiones culturales dignas de admiración». La consejera manifestó asimismo que han de hacer frente una «doble dificultad», por el hecho de ser mujeres y por ser gitanas, lo que hace más complicada su incorporación al ámbito laboral. Por su parte, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas Andaluzas (Fakali), Beatriz Carrillo de los Reyes, destacó que las mujeres gitanas han dado «un salto cualitativo, importante y significativo» en los últimos años y están empezando a «desterrar» prácticas pasadas. Carrillo de los Reyes, que además es presidenta de la Asociación de Gitanas Universitarias de Andalucía, señaló que las dificultades de las mujeres gitanas «se multiplican» especialmente en los barrios periféricos de las grandes ciudades que, en ocasiones, tienen «efectos devastadores».Explicó que «queda mucho por hacer» ya que sólo uno de cada cien gitanos logra llegar a la Universidad aunque -puntualizó- «el ochenta por ciento de éstos sean mujeres».Obstáculos«Sin educación no podremos luchar por nuestros derechos y nuestra igualdad», dijo esta representante del colectivo gitano, que aludió a los obstáculos «familiares y culturales» que se plantean y que necesitan también ser «removidos institucionalmente».Para Trinidad Muñoz, una de las ponentes en las jornadas y que forma parte del programa Europeo 'Lungo Drom', que trabaja con mujeres gitanas inmigrantes, actualmente «las cosas han cambiado» y existe un mayor nivel de formación e implicación dentro de la etnia. No obstante, apostilló que todavía existe un «déficit grande» y una «brecha o ruptura» entre diferentes grupos de mujeres gitanas . «Las medidas que se ponen van destinadas a todos pero no se asumen de la misma manera; hay mujeres gitanas que las asumen con más rapidez y hay otras que tienen mayores dificultades y les cuesta responder», añadió.Opinó asimismo que la calidad del empleo va unida a la formación, de ahí que cuando los niveles educacionales sean mayores se pueda acceder también a un empleo de mayor calidad.
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